lunes, 25 de julio de 2016

Ensayo de la clase "Fundamentos de tecnología educativa" ( Dr. J. Arjona)


“Cuando los números se vuelven los villanos en el libreto de tu vida”[1]
Karla es una  joven deportista, tiene 16 años, le encanta la música y de vez en cuando escribe uno que otro verso. Su deporte favorito es el patinaje artístico sobre hielo, pero hay un pequeño inconveniente; ella no puede distinguir en el tablero de marcación ¿Cuántos puntos exactamente le faltan para ganar la competencia de patinaje? Esto a veces la deprime un poco porque hay personas que no entienden ¿Cómo puede confundirse en algo tan sencillo?, y les sorprende  que aun use los dedos para contar en operaciones simples. El viernes anterior su equipo perdió porque se confundió en el puntaje que le faltaba para ganar la competencia artística de patinaje y en lugar de efectuar su salto Axel triple[2] realizó un salto Flip simple pensando que su grupo llevaba la delantera. Al entrar en el vestidor sus compañeras empezaron a reclamarle, Karla un tanto aturdida, salió corriendo del sitio con lágrimas en los ojos. Entonces su instructor habló tratando de calmar al grupo que por cierto estaban algo enfadadas. ¡Muy bonitas eh! ¡Échenle la culpa de sus derrotas a otra persona!  Exclamó con ironía, por si no lo saben su compañera a diferencia de ustedes se esfuerza el doble para estar en el equipo, tiene un trastorno de aprendizaje conocido como discalculia, que es una dificultad para trabajar con el cálculo y habilidades matemáticas… Ellas avergonzadas de su propia actitud, salieron corriendo a disculparse con Karla, desde ese día le ayudan con el cálculo de sus compras, emplean las TIC para apoyarla; usando las redes sociales programan  recordatorios de reuniones, en su celular activan alarmas para que no llegue tarde a las prácticas ni al colegio y por supuesto también la ayudarán  con el puntaje del tablero en la próxima competencia.



[1] Escrito por: Sabrina Zuñiga
[2] Es uno de los saltos más difíciles en el patinaje artístico cuenta con tres revoluciones y media o 1260°, inventado por el noruego Axel Paulsen en la primera competencia internacional de patinaje, celebrada en Viena en 1882. Se realiza con el filo externo del pie contrario al de aterrizaje.